Emigrantes mexicanos altamente calificados
Licenciatura en Estadística
Fabiola Hernández Zamora
Universidad Veracruzana
México es un país megadiverso, maravilloso. La gastronomía, las tradiciones y el calor de los nativos, nos distinguen del resto. Aun así, no todo es bonito: el desempleo y la falta de oportunidades (entre otros temas) también nos caracterizan. Cuando los profesionistas se enfrentan a alguna de estas situaciones, por naturaleza buscan una solución; al encontrarse con la oportunidad de salir del país por una beca o por una oferta laboral, la toman y se da la fuga de cerebros. Con esto último nos referimos a los mexicanos profesionales emigrantes que tienen muchos años de escolaridad formal, alta preparación técnica y talentos para la toma de decisiones, entre otras características. (Sklair, como se cita en Tigau, 2001)
No es una situación nueva, desde la década de los setenta el CONACyT (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología) impulsó una política pública para resolver este problema (García-Pascacio, L., Ramírez J., & Yurén M., 2020) pese a lo escrito, no fue suficiente, puesto que las cifras de los profesionistas que salen del país y no regresan aumentaron. Entonces, ¿por qué los talentos de nuestro país no vuelven? Es obvio que al ejercer en otro país es más probable obtener buenos beneficios, además el tiempo necesario para ascender como profesionista es menor.
Intentar mejorar esta situación en México es algo bastante complicado, se requiere apoyo de las universidades, empresas, instituciones y del gobierno. Aunque el presupuesto y la estructura si es parte del problema, y es que, según García-Pascacio et al. (2020)
Desde 1997 hasta 2013 se otorgaron recursos públicos para 10 mil 234 becas de estudios de doctorado en el extranjero y, según datos del SNI, en 2017 sólo había 6 mil 630 integrantes de ese sistema que, habiéndose graduado en el extranjero, se encontraban laborando en México.
Los datos nos dicen que una parte de los migrantes apoyados por becas mexicanas no regresa al país. Conocemos las causas por las que se van, desempleo, becas, ofertas laborales, y para Tigau (2013) “una inversión alta en educación, combinada con bajas remuneraciones al trabajo calificado provoca fuga de cerebros (…) bajas inversiones en educación y sueldos bajos se conectan con bajo crecimiento económico y tasas altas de emigración”. Pero no todos conocemos las razones por las que los becarios deciden no regresar a su país natal:
Poca inversión en investigación en México (30%), falta de salarios competitivos (26%), de desarrollo en áreas de interés académico (17%), de cultura de investigación (15%), de incentivos para regresar (14%), intervención política en nombramientos e investigación (11%), falta de oportunidades laborales (11%) e inexistencia de un sistema laboral apropiado (11%), de acuerdo a una encuesta en la que participaron académicos mexicanos que residen en el extranjero (Lalinde, como se cita en Marmolejo, 2007).
Al emigrar del país, “los lugares son sumamente importantes; los individuos podrían escoger primero en dónde establecerse y posteriormente buscar trabajo. A escala mundial, los lugares hacia donde más se dirigen los trabajadores altamente calificados son los llamados “imanes globales de talento”” (Florida, 2005).
Conocer esto también es importante, puesto que estadísticamente los países que menos gastan en inversión y desarrollo tanto como en producto interno bruto son los que presentan más porcentajes de migración por parte de sus habitantes; al contrario, los países con más inmigrantes son aquellos que gastan más en estos aspectos, convirtiendo “las políticas de atracción en los principales países de destino” otra causa de la emigración (Tigau, 2013).
Es sabido que los cerebros mexicanos se van, pero las razones por las que no regresan no son tan conocidas, adjunto al desarrollo profesional que no se puede alcanzar en México, todos los factores mencionados con anterioridad que no son un problema grave en otros países hacen que los académicos decidan no ejercer su profesión en México, al tener la posibilidad de aprovechar su preparación académica para mejorar su calidad de vida es natural que la tomen, ya que al mismo tiempo se internacionalizan.
Realmente no podemos culparlos. A pesar de que los profesionales mexicanos nos hacen falta laborando en el país, debemos ser empáticos. No obstante, involucra otro problema: usar las becas otorgadas por instituciones mexicanas, y no aplicar los conocimientos adquiridos con este apoyo para hacer un país más competitivo y desarrollado, puede ser no ético, sin embargo, para abordar este tema es necesaria una investigación por separado.
Referencias:
García-Pascacio, L., Ramírez J., & Yurén M. (2020). La política y las condiciones de repatriación de investigadores en México (1991-2017). Perfiles Educativos, 42(170). Recuperado de: https://doi.org/10.22201/iisue.24486167e.2020.170.59548
Marmolejo F. (2009). Redes, movilidad académica y fuga de cerebros en América del Norte: el caso de los académicos mexicanos. En Didou Aupetit S. & Etienne G. (Eds.), Fuga de cerebros, movilidad académica y redes científicas. Perspectivas latinoamericanas. (pp. 101-117). Recuperado de: https://horizon.documentation.ird.fr/exl-doc/pleins_textes/divers12-08/010052127.pdf
Tigau C. (2013). México en el mercado mundial de competencias. En Riesgos de la fuga de cerebros en México: construcción mediática, posturas gubernamentales y expectativas de los migrantes (pp. 21-41). Recuperado de: http://ru.micisan.unam.mx:8080/xmlui/bitstream/handle/123456789/16694/L0097.pdf?sequence=1&isAllowed=y

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