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Los hábitos alimenticios y la salud de los estudiantes universitarios


Gutièrrez Miguel. Hamburguesa. La repùblica
Gutièrrez Miguel. Hamburguesa. La repùblica



LOS HÁBITOS ALIMENTICIOS Y LA SALUD DE LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS
Dulce Maria Vargas Alonso.
Estudiante de Licenciatura en Enfermería
Universidad Veracruzana


 “Aquellos que piensan que no tienen tiempo para una alimentación saludable,
tarde o temprano encontrarán tiempo para la enfermedad”.
Edward Stanley


Para empezar, ¿qué son los hábitos alimenticios?, la respuesta a la pregunta recién formulada debería ser muy fácil, pues todos, aunque no estemos conscientes de ello, tenemos hábitos alimenticios y los adquirimos a lo largo de la vida. Estos se definen como “patrones de consumo de alimentos que se han enseñado o se van adoptando con el tiempo de acuerdo a los gustos y preferencias” (Hidalgo, K. 2012).

Hablar de alimentación y salud, es de gran importancia, más aun tratándose de estudiantes universitarios pues prácticamente todos nos encontramos en el comienzo de la edad adulta, es decir, somos la población que sostiene a la sociedad, y adquirimos nuestra autonomía a más temprana edad. Uno de los aspectos de esta autonomía es la alimentación (decidir qué comer, dónde, cómo y cuándo).

En este ensayo, más que criticar, realizaré un análisis sobre la relación existente entre los hábitos alimenticios y la salud, buscando comprobar que como en el caso de los alumnos de la Universidad Veracruzana con el Modelo Educativo Integral y Flexible (MEIF), debido a los horarios y actividades programadas a lo largo del día, no pueden o no resulta factible llevar una nutrición adecuada.

Antes de abordar el tema principal de este ensayo, comenzaré hablando de lo más básico, que es “comer”, es quizá la acción más importante que realizamos los seres vivos, pues a través de esta operación, recibimos alimentos, los cuales luego de ser procesados, nos proporcionan la energía requerida para satisfacer las necesidades esenciales para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
Si hablamos de todo México, según el último censo realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 50% de la población tiene 26 años o menos, lo que coincide con la edad promedio de los estudiantes universitarios, sin embargo, únicamente el 16% de la población pertenece a alguna institución educativa de nivel superior.

De lo anterior podemos rescatar que la población universitaria está conformada por personas que ya pasaron a la edad adulta, es decir, dejaron atrás la adolescencia, por lo tanto, sus gustos y aversiones hacia la comida ya fueron definidas y se han creado hábitos alimenticios que podrían tener por el resto de sus vidas.

¿Qué ocurre con los estudiantes de la Universidad Veracruzana y el MEIF?

En el MEIF, el estudiante puede planear su trayectoria, elegir la modalidad que prefiera, seleccionar las experiencias educativas que desea cursar a lo largo del semestre, entre otras características, implementadas con el fin de facilitarle la estancia en la universidad al alumno, y que lleve de una forma ordenada su trayectoria.

Por semestre, el estudiante tiene un horario, que fue planeado por él, sin embargo, es difícil (o imposible), crear un horario que se adecue a la perfección a nuestras necesidades, en ocasiones apenas y contamos con un corto período de tiempo entre clases para ingerir algún tipo de alimento, por ello, lo más usual es recurrir a la comida rápida, que podemos encontrar afuera o cerca de todas las facultades, sin excepción y que como todo, en exceso hace daño.

Como ya lo he mencionado, un hábito es aquello que por realizarse en repetidas ocasiones, se vuelve una costumbre; hablando de los horarios y de cómo nos tenemos que adaptar a éstos, para cubrir al menos nuestras necesidades básicas; durante el semestre, adoptamos nuevos hábitos, que si bien no son permanentes, resultan ser inadecuados, por tanto, se percibe a los horarios creados en el MEIF como limitantes para mantener o poder desarrollar conductas alimentarias saludables.

A los hábitos alimenticios inadecuados, además de los horarios rígidos, se les suman las actividades extraacadémicas, el nivel socioeconómico, el deseo de ser aceptados en el círculo de amigos y la publicidad de alimentos “chatarra”, que ya sea por separado o en conjunto, crearán los malos hábitos alimenticios en el estudiante, por tanto, “la población universitaria es un grupo especialmente vulnerable para desarrollar costumbres y hábitos de riesgo” (Córdoba, D. 2013).

Algunas de las alteraciones o patologías más comunes ocasionadas por los malos hábitos alimenticios son: obesidad, sobrepeso, caries, reflujo, afecciones cardiovasculares, diabetes, patologías del sistema digestivo, desnutrición, entre muchas otras, en este punto me parece necesario mencionar que “México ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil, y el segundo en obesidad en adultos”, según el Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (UNICEF, 2017).

Según lo investigado, los hábitos alimenticios y la salud, tienen una estrecha relación, pues si la alimentación es balanceada, nos llevará a tener una buena calidad de vida, en caso de ser lo contrario, nos podrían provocar patologías y alteraciones como las mencionadas en el párrafo anterior.

Para evitar estas afecciones, concluyo que es necesario crear programas enfocados a la promoción de hábitos alimenticios y de estilos de vida adecuados, dentro de la Universidad Veracruzana, ya que a pesar de toda la información que tiene el alumnado sobre los hábitos alimenticios correctos, en ocasiones no nos es posible llevarlos a cabo, ya sea por el tiempo, factores económicos, inhabilidad para realizar una dieta de acuerdo a nuestras necesidades u otras razones; por lo que si se programan actividades, por parte de la institución, los estudiantes también debemos estar dispuestos a modificar nuestros hábitos, aprovechando el apoyo que se nos brinde, con el fin de mejorar o preservar nuestra salud.






Referencias:

Troncoso P, Claudia, & Amaya P, Juan Pablo. (2009). FACTORES SOCIALES EN LAS CONDUCTAS ALIMENTARIAS DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS. Revista chilena de nutrición, 36(4), 1090-1097. Recuperado de: https://dx.doi.org/10.4067/S0717-75182009000400005

Córdoba Adaya, D. (2013). Relación del estilo de vida y estado de nutrición en estudiantes universitarios: estudio descriptivo de corte transversa. Revista Biomédica Revisada Por Pare, Recuperado de: http://www.medwave.cl/link.cgi/medwave/estudios/investigacion/5864
Hidalgo, K. (2012). Hábitos alimentarios saludables. Ministerio de Educación pública. Recuperado de: https://www.mep.go.cr/noticias/habitos-alimentarios-saludables


UNICEF (2017). Salud y nutrición. UNICEF MÉXICO. Recuperado de: https://www.unicef.org/mexico/spanish/17047.htm

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