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| Borguereu, W-A. El día de la muerte |
LA NECESITADAD DE AFRONTAR QUE POLVO SOMOS Y EN POLVO NOS CONVERTIREMOS
Silvia Blanco Candia
Estudiante de Licenciatura en Enfermería
Universidad Veracruzana
Silvia Blanco Candia
Estudiante de Licenciatura en Enfermería
Universidad Veracruzana
El temor a la muerte, señores, no es más que pensar
que uno es sabio cuando no lo es;
quien teme a la muerte se imagina conocer algo que no conoce.
Nadie puede decir que la muerte no resulte ser una
de las mayores bendiciones para un ser humano;
y sin embargo, los hombres la temen
como si supieran que es el mayor de los males.
Sócrates
Me propongo hablar de la necesidad de este tema que surge de una investigación previa para la exposición de las etapas del duelo, y a partir de ella, mi postura de que no solo sufren la muerte los familiares o el propio paciente, sino también el personal de enfermería que está presente en este proceso, es por esto que mi propósito al escribir este ensayo es porque la falta de experiencias educativas (en la carrera) que aborden la muerte de los pacientes, genera un problema que requiere apoyo psicológico en la etapa profesional en el personal de enfermería. Porque, “Raras veces se habla del inevitable fin de la vida o de lo que debe hacer la enfermera para ayudar a una persona a reducir sus molestias y afrontar la muerte con coraje o dignidad (HENDERSON, 1995), pero más raro es encontrar análisis que hablen sobre qué le ocurre al personal de enfermería al enfrentar estos procesos” (Celma, A & Strasser, G. ,2015, pp. 488).
La Licenciatura de Enfermería es una de las carreras que se centra en la sensibilidad social, es decir, el personal de enfermería debe identificar, percibir y atender las respuestas humanas de los pacientes, por ejemplo, los sentimientos y emociones que transmite el enfermo mientras se encuentra en un desequilibrio de su salud, para posteriormente trabajar sobre estos y así buscar el mejoramiento de una de las esferas que abarca el bienestar (la salud). El problema de ayudar en las respuestas humanas surge cuando el paciente se encuentra en estado de moribundo y, se sabe que es inevitable la muerte, ¿la muerte?, si, aquella de la cual el mexicano se burla, la reta o simplemente la niega para no recordar que es la etapa final de la propia existencia, aunque, se debería de considerar como una etapa normal del ciclo de la vida. No obstante, “la persona en agonía empezó a ver a la muerte como un enemigo y a luchar en su contra. La lucha por la vida ante circunstancias adversas siempre ha sido la última batalla perdida, el último fracaso” (O´Connor, N., 2007, pp. 21).
Por otra parte, el fracaso no solo lo sienten las personas enfermas, sino también el personal de salud, porque, siempre se está con la mentalidad de cuidar, ayudar y generar las maneras para que el individuo se mejoré, no se piensa en la posibilidad de la muerte, al menos en lo que llevo de carrera es raro que se hable sobre asimilar una muerte, solo se abordan temas sobre la teoría, y la práctica que se debe llevar para brindar la mejor atención al paciente, aunque, lamentablemente “la muerte ocurre a diario en la práctica del profesional de enfermería, es un evento único y muy difícil de afrontar para el profesional, así como para la familia del ser querido que acaba de morir. Se teme no sólo a la muerte, sino al proceso que conduce a ella, a la agonía lenta, al dolor y a la pérdida de facultades mentales” (Meza, M, & Merino, JM.,2009, pp. 40).
También, como estudiante de esta carrera sé, que otro de los objetivos de la profesión es brindar ayuda para que las personas enfrenten este proceso doloroso, tanto el paciente como su familia, pero cabe mencionar, que no se cuestionan, el cómo se encuentra el personal que tiene que ayudarlos a sobrellevar este hecho inevitable, por este motivo, es de vital importancia preguntarse ¿los profesionales de enfermería están preparados para enfrentar el proceso de la muerte?, ya que no solo se encargan de cuidar a un paciente por turno, alcanzan a tener de 4 hasta 8 pacientes a su cuidado, y que no solo tenga a uno en este proceso tan difícil, debe generar un sentimiento muy grande para el profesional.
Lo que me lleva a preguntar ¿Cuál es la preparación de los enfermeros sobre la muerte?, cabe señalar que, dentro de la maya curricular de la Licenciatura de Enfermería, solo se encuentra una experiencia educativa llamada salud mental, donde se creería que la muerte podría estar presente, pero no, no hay una experiencia en sí que se centre por completo en hablar sobre el proceso de la muerte, de las estrategias para enfrentarla y las diversas maneras de ayudar al paciente, aunque, si las hay, más sin embargo, “la educación en cuidados paliativos y la tanatología es solo esporádicamente presente en los currículos académicos actuales” (Hanzeliková, A., García, MV., Conty, MR., López, B., Barriga JM. & Martín, JL.,2014, pp.146).)1. Entonces, es “evidente que para prestar la mejor atención posible al paciente en situación de enfermedad avanzada y terminal y a sus familiares, es necesaria una formación específica en enfermería, en los aspectos vinculados con la muerte, la enfermedad terminal, el duelo y los cuidados paliativos, tanto en su formación de pregrado como durante su desempeño profesional” Meza, M, & Merino, JM,2009, pp. 41).
Y ¿qué se tiene que hacer para que se atienda una necesidad que claramente se observa tanto en lo académico, como en lo laboral?, alzar la voz, buscar el lugar a donde se puede hacer una petición y pedir mediante oficios que demuestren con hechos e investigaciones, que esta necesidad que se presenta aqueja a la gran mayoría del personal que labora con pacientes moribundos. Y aunque, tal vez, no se tienen muchas investigaciones acerca del problema que representa el proceso de la muerte en el personal de enfermería, por el contrario, se cuenta con la preparación y las herramientas necesarias para hacer investigaciones mediante la bioestadística y demostrar por el propio profesional de enfermería que esta carencia de atención en este sector en específico no ha sido atendido, por lo cual es de relevancia que se haga notar, ya que en los textos que encontré, si se refleja esta necesidad: “los profesionales que enfrentan día a día la muerte, en sus respuestas sugieren consejería, apoyo psicológico, seminarios o talleres respecto del tema” (Meza, M, & Merino, JM,2009, pp.46). Entonces, ¿Por qué no atender esta necesidad?
En consonancia con lo anterior, se puede plantear que la manera de afrontar la muerte no es la más adecuada para brindar los cuidados, como consecuencia, a la falta de preparación cuando se enfrenta a la muerte, ya que podría conducir hasta cierto grado de impacto emocional en estos profesionales. “En este sentido, la muerte o su proximidad, genera un amplio conjunto de actitudes y emociones de variada intensidad. Además, se señala que entre las respuestas emocionales más frecuentes que encierra la muerte se encuentran la ansiedad, el miedo y la depresión”. (Meza, M, & Merino, JM, 2009, pp. 40). Estos comportamientos y el miedo a la muerte en enfermería pueden condicionar la calidad de cuidados del paciente moribundo, y el bienestar del profesional. (Hanzeliková, A., García, MV., Conty, MR., López, B., Barriga JM. & Martín, JL.,2014, 146).)1. Estas conductas de ansiedad y depresión son causadas por las influencias de los traumas que anteriormente le hayan causado mucho dolor en relación con la muerte, por el fracaso y la frustración de no poder tener una actitud positiva para enfrentar los propios miedos a lo que representa la muerte.
Por todo lo anterior, es evidente que deben incluirse dentro del mapa curricular las experiencias educativas de cuidados paliativos y tanatología para la preparación y capacitación desde la educación formativa de la Licenciatura en Enfermería, enfocándose en el análisis de los principales problemas que se presentan al tener la primera experiencia con la muerte y los temores en torno a la muerte. Pero también, no olvidándose del profesional de enfermería que no logró obtener estos conocimientos en la formación académica, por lo que, de igual manera, es importante generar talleres y/o programas que se adapten a las necesidades y fomenten estrategias de afrontamiento efectivas hacia la muerte, para que a lo largo del proceso de atención para un paciente moribundo, desde un comienzo la enfermera identifique cuáles serían los obstáculos que se le presentarían y comenzar con la ayuda en pro de disminuir el aparecimiento de actitudes negativas hacia la muerte y que afecten su desarrollo para satisfacer las necesidades del paciente moribundo.
Referencias
Meza, M, & Merino, JM. (2009). Actitud del profesional de enfermería ante la muerte de pacientes. Ciencia y enfemería XV(1): 39-48. Recuperado de: www.redalyc.org/articulos.oa?id=37004179806
O´Connor, N. (2007). Cuando muere una persona. En N. O´Connor (Ed). Déjalos ir con amor. (pp. 19-29). México: Trillas.
Celma, A & Strasser, G. (2015). El proceso de muerte y la enfermería: un enfoque racional. Reflexiones teóricas entorno a la atención frente a la muerte. 25 (2): 485-500. DOI: http//dx.doi.org/10.1590/so103-73312015000200009
Hanzeliková, A., García, MV., Conty, MR., López, B., Barriga JM. & Martín, JL. (2014). Nursing Students’ Reflections on the Death Process. Enfermeria global. Recuperado de: http://web.b.ebscohost.com.ezproxy.cdigital.uv.mx:2048/ehost/pdfviewer/pdfviewer?vid=3&sid=aa5a25c8-e6bf-46dc-9cee-4e67f9e630e7%40sessionmgr102

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