Las cuotas de género en México
Arturo Martínez Bretón / Estudiante de Licenciatura en Derecho
Universidad Veracruzana
A lo largo de la
historia y en todas las culturas, el papel de la mujer ha quedado reducido casi
exclusivamente a su rol de pareja, hermana, madre, ama de casa y ha gozado de
limitados o nulos derechos económicos, políticos o sociales, ya que en el mundo
que le fue creado, la mujer rara vez ha tenido acceso a la vida pública.
Recientemente la globalización ha sido catalizador para impulsar la renovación
de conceptos en lo referente a los derechos de la mujer. Por un lado, se ha
presentado una marcada tendencia a reconocer a las mujeres como actores
significativos del desarrollo nacional y regional.
Hablar de género es un
compromiso con la equidad y justicia social. Es un ejercicio
de análisis a la
ideología que sustenta un sistema estructural basado en el poder y la
dominación. En parte es necesario establecer que la palabra género se utiliza
para subrayar las diferencias entre mujeres y hombres; a causa de que el lugar
social de la mujer no debe estar en inferioridad con el lugar que tiene el
hombre, y por el otro lado enfatizando la manera correcta en que deben
efectuarse las prácticas sociales, sobre todo aquellas que están
institucionalizadas en el sector público; en este sentido, la teoría de género
se convierte en un poderoso instrumento, puesto que, no solo cuestiona el
aspecto dominante, sino que ofrece herramientas concretas para transformar
profundamente las estructuras sociales. Patricia Espinosa lo expresa de la
siguiente manera:
Ahora, en los albores
del siglo XXI, ante las nuevas circunstancias políticas de la nación, las
mujeres tenemos la firme y fundada esperanza de participar en un verdadero
cambio; un cambio en la historia que se ha negado a reconocernos como
ciudadanos de plenos derechos, que se ha obstinado en señalar cuál es nuestro
lugar en el mundo, cuáles son nuestras virtudes, nuestros defectos y nuestras
obligaciones. (2002:13)
La desigualdad de género
es un problema universal que afecta tanto a países ricos como a los pobres. De
acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, ni los países
industrializados ni los que están en proceso de desarrollo ofrecen a las
mujeres igualdad real y efectiva de oportunidades laborales, políticas y
económicas. Se ha alcanzado un avance importante, la mayor parte de las
legislaciones del mundo reconocen la igualdad hombre-mujer y el derecho de las
mujeres a acceder a mejores oportunidades. (ONU MUJERES, 2015:16-19)
Ahora bien, es
importante tomar el objetivo principal de este documento, el cual es hablar de
“La representación de la mujer en el ámbito político por medio de las cuotas de
género, que han sido un esfuerzo constante para superar costumbres, tendencias
y resistencias.”(Aparicio,2011: 7). Algunos avances se evidencian en múltiples
áreas de la vida pública como las fuerzas armadas, ingeniería y por lo que aquí
interesa, en la vida política del país, sus entidades federativas y municipios.
La política ha sido,
desde la antigüedad, una esfera de la vida pública reservada para los hombres.
Esto ha implicado que los cargos públicos fueran ocupados por varones y que la
política se leyera y comprendiera en códigos y pautas masculinas, marginando a
las mujeres tanto en las deliberaciones como en los procesos de toma de
decisiones sobre los asuntos de interés para la colectividad. (Peschard, 2004:173)
Por eso mismo,
participar políticamente significa tomar parte activa en las decisiones que
afectan a una comunidad de ciudadanas y ciudadanos. El objetivo de la
participación política es lograr transformaciones de diversa índole que
coadyuven a la convivencia civilizada, a la justicia, al bienestar colectivo y
al ejercicio democrático del poder (CEAMEG, 2007). Desde el punto de vista de
los derechos humanos, los derechos políticos son los que contribuyen a la
promoción y consolidación de la democracia, a la creación de un Estado
democrático de derecho y regular las relaciones entre el gobierno y los
ciudadanos (OACNUDH, 2003, p. 53).
En este concreto ámbito,
las mujeres han enfrentado la resistencia cultural que tiene su repercusión en
el Derecho. Comenzando la lucha de México cuando más de 20 mil mujeres
congregadas en el Parque 18 de Marzo de la Ciudad de México el 6 de abril de
1952, demandaban el compromiso al candidato presidencial Adolfo Ruiz Cortines,
para que cumpliera con su promesa de plasmar en la Constitución, el derecho de
las mexicanas a votar y ser electas; siendo hasta el 3 de Julio de 1955 cuando
por primera vez la mujer emite su voto.
Para evolucionar esta
tendencia, algunas normas jurídico-electorales han ido previendo mayores
espacios para la participación de la mujer y garantizado un porcentaje
determinado de cuotas que asegure, en principio, la participación activa y
directa de la mujer en los cargos de elección popular; buscando abrir la
posibilidad de su participación más allá de los espacios públicos
tradicionalmente reservados. Sin embargo el establecimiento de esta paridad, no
ha estado libre de controversias lo largo de la historia, pero se asegura
actualmente que “Los números demuestran que si han propiciado una mayor
participación política de las mujeres”
(Zavaleta, 2014:Parr:1).
El camino a lograr la
paridad justa, con igualdad, no fue fácil, comenzando a implementarse reformas
desde el año de 1993, y trajeron como consecuencia la negación a aceptar a mujer en el poder. Propiciar todo
tipo de comentarios negativos, cuántas veces se ha escuchado que la mujer
carece de experiencia , que no cuenta con los estudios necesarios para ejercer
el poder, o simplemente no nació para eso. Lamentable que en un país
subdesarrollado, rico en diversidad, cultura e historia, la imagen del machismo
viva en los centros de poder, en mi opinión
las mujeres no van a ganar experiencia sino logran llegar a los cargos
políticos de donde laborar. El estudio de Estadísticas
para la equidad de género. Magnitudes y tendencias en América Latina señala
que:
El indicador de paridad en relación con los
años de estudio alcanzados por mujeres y hombres y su evolución en el tiempo
muestra que en prácticamente todos los países, a excepción de Paraguay, la escolaridad
femenina ha ido creciendo a un mayor ritmo que la masculina. (CEPAL-ONU,
2007)
Las cuotas de género
favorecen la participan política en México, porque de esa forma se brinda la
representación equitativa a tener representantes del poder con los mismos
objetivos, no seria justo que la en la cámara de senadores el 100% de los
participantes fueran hombres, ni muchos menos que fueran mujeres. En todos los
aspectos se debe ser equitativo con ambos géneros, que la mujer y el hombre si
tienen el mismo nivel de trabajo, reciban la misma cantidad de suelto, como
funcionario público, contador, ingeniero, maestro, empresario, etcétera. Se
habla de que “La igualdad sea una realidad para las niñas, adolescentes,
jóvenes, y mujeres en México y en el mundo. Hoy y todos los días, la igualdad
para las mujeres es progreso para la sociedad.” (ONU MUJERES,2015:13).
Establecer una
perspectiva colectiva en la actualidad es una problemática, puesto que para mi,
la sociedad esta dividida en grupos, las personas con actitudes de misoginia,
seguidores del feminismo bien o mal empleado, y por ultimo aquellos que les da
igual, hasta que no afrontan una situación en la que se ven relacionados; esto
debido a que vivimos en un país que no solo enfrenta un problema social, estamos
en múltiples crisis. Tomando de referencia eso, debemos retomar como conclusión
el objetivo de este escrito; como una ciudadana de este país, aún espero el
momento de conocer a la primera mujer en ocupar el cargo presidencial, porque
no es posible que aun después de 84 presidentes ninguna mujer haya podido
representar a un país donde se habla de igual de genero; se acepta el hecho de
que tras la lucha que las mexicanas han realizado se han tenido avances, se
tienen leyes que nos protegen, trabajos que podemos ejercer, y llegar hasta
donde queramos con nuestro nivel académico.
Pero es una lucha
invisible para cada mujer, si en zonas rurales aun existe el marido que fomenta
la violencia familiar, sino puedo obtener un trabajo por estar embarazada, o
llegar a un cargo político alto, y que la sociedad no acepte que fue por merito
propio. Gracias a las cuotas de género la mujer no solo ha tenido voz, sino
también participación, el género masculino o femenino debe tener igualdad de
oportunidades, en una sociedad que entienda que cualquiera de los dos puede
representarse mutuamente. Pero para lograr eso, la educación que se debe
fomentar como ejemplo proviene desde la infancia en el hogar y la escuela; y de
esa forma la mujer y el hombre vean por el interés colectivo de una sociedad
que necesita representes justos, equitativos y responsables.
Referencias
Aparicio
F. (2011) Temas selectos de Derecho
Electoral. Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
CEAMEG. (2008) NÚMERO DE DIPUTADAS Y SENADORAS POR LEGISLATURA DESAGREGADAS POR
PARTIDO POLÍTICH. Cámara de Diputados. México. LX Legislatura
Espinosa
P. (2001) Presentación oficial del
programa PROEQUIDAD. México: Instituto Nacional de las Mujeres
Fernández
A. (2011) Argumentos. México. vol.24
no.66 SCIELO.
OACNUDH. (2003) Diagnóstico sobre la situación de los derechos humanos en México,
México.
Peschard J.
(2004) El sistema de cuotas en América
Latina, Panorama General. Estocolmo. Institute
for Democracy and Elec toral Asistanse (IDEA).
Zavaleta R. (2014). Cuotas de género, una
medida necesaria. México. Letras libres. http://www.letraslibres.com/mexico/cuotas-genero-una-medida-necesaria
LA ONU EN ACCIÓN para la Igualdad de género en México.
(2015). http://www.onu.org.mx/wp-content/uploads/2015/11/Igualdad-de-genero.pdf

Comentarios
Publicar un comentario